jueves, 11 de octubre de 2012

La Aldea


La trascendencia de Siete Años con «La Aldea», más allá de mostrar los presupuestos estéticos y líricos de «Los Aldeanos», –presupuestos escamoteados y eclipsados por un debate hartamente manipulado entorno a sus letras– estaría marcada en la declaración de actitud expresada por «El Aldeano»: “A lo único que pertenecemos es a la Asociación Hermanos Saíz y al corazón de este pueblo. No somos asalariados del imperio, no te equivoques.” Reafirmada en las palabras de «El B»: “Si viniste a ver un espectáculo político estas muy, pero muy equivocado, esto es música del pueblo para el pueblo.”
Reafirmación de la coherencia entre sus discursos y la postura que asumen: la verdad como lógica de vida, desde la tangencia, a contracorriente, sin complacencias, ni medias tintas… asumiendo el riesgo de sus lecturas otras sobre un contexto con el cual no se identifican enajenados, sino una voz otra, áspera y cuestionadora. Riesgo que los ha ubicado en el vórtice de una polémica y en la vorágine de un diferendo que debe ser solucionado desde el diálogo, que debe ser confrontado desde la pertenencia, que debe ser escuchado desde la lucidez.
Aclarados los puntos y las dudas para los inadvertidos, comienza la travesía.

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